CATA DE MIELES

  1. ¿Cómo se hace una cata de mieles VerdeMiel? 

 

En la cata de miel, como en cualquier tipo de producto, pondremos nuestros sentidos a prueba. Color, olor y sabor van a ser los protagonistas de la degustación o la cata que se irá realizando en diferentes fases para avanzar en el análisis sensorial.

 

Gracias a la riqueza y diversidad de nuestros paisajes y floraciones, podemos disfrutar de una gran variedad de mieles con sabores y texturas específicas, por lo que en una cata nos podemos encontrar muchos tipos de miel. El catador establecerá un orden lógico de acuerdo a las muestras seleccionadas. Lo ideal es que se pruebe desde las mieles más suaves, en sabor y textura hasta las mieles más densas, mieles de otoño o con proceso de crianza o envejecimiento que presenta colores y texturas más caramelizadas.

 

 

 

¡¡¡¡ De claro a oscuro !!!!

 

 

En la cata de miel podremos analizar el producto mediante nuestros sentidos, en tres fases, la visual, la fase olfativa y en la fase gustativa. Aquí os presentamos un resumen de las características que podemos descubrir en la miel.

 

 

Fase Visual

 

En la fase visual debemos aprender a mirar la miel y analizar la información que nos pueden ofrecer, analizaremos detalles como el color de la miel, si está líquida o cristalizada que dará lugar a la creación una serie de expectativas sobre el producto.

 

El color de la miel, al igual que pasa en otras catas de productos como el vino, nos da unas pistas importantes. El color está muy vinculado a los orígenes de la miel, las plantas u orígenes botánicos que la componen o la época del año en la que está elaborada. Según la variedad floral de la que proceda, podemos encontrar desde amarillos muy suaves, amarillos intensos, hasta marrones, cobrizos y negros.  Así por ejemplo podemos decir que las mieles de primavera son más claras que las recolectadas en pleno verano y que las más oscuras pertenecen al otoño.

 

 

Otras característica que podemos valorar con la vista es la viscosidad de la miel, cosa que puede variar por la temperatura (a más temperatura menos viscosidad) o por el origen botánico, (La miel de brezo es más viscosa que la de azahar por ejemplo).

 

Además en esta fase visual podremos determinar el grado de cristalización de la miel, puesto que podremos encontrar miel en un estado líquido viscoso hasta un estado cristalizado y completamente sólido.

 

Si desea saber más sobre la cristalización de la miel, pinche aquí

 

 

Fase olfativa

 

La miel es muy aromática y esto nos descubre las flores y especies botánicas que puede contener. La miel nos presenta sus aromas mediante la vía nasal directa o la retronasal, cuando la probamos en boca y los aromas nos llegan a través de la comunicación del sentido del olfato con el paladar (el retrogusto).Según los expertos catadores de miel, oler una miel antes de probarla puede generarnos una experiencia sensorial tan intensa como si la tomásemos por la boca.

 

Como norma general, la miel suele tener un olor a flores y a campo indeterminado, que nos hace difícil distinguir aromas concretos, pero tras un rato suelen salir aromas dominantes, a estos debemos prestar especial atención.

 

 

Esta fase requiere de más experiencia…así que sólo tienes que seguir practicando 😉

 


Fase Gustativa y táctil

 

Para realizar esta fase, lo mejor es probar una pequeña cantidad con una cuchara y dejar que la miel se vaya mezclando con la saliva unos 30 segundos, alcanzando la temperatura adecuada para liberar los aromas, que también se captarán por la vía retronasal.

 

La miel es por definición un alimento dulce y es lo primero que detectaremos, sobre todo en la punta de la lengua. Pero poco a poco sacaremos matices de las diferentes mieles que catemos, ya que varían dependiendo de la botánica.

 

En VerdeMiel contamos con más de 10 variedades de mieles crudas diferentes como Azahar, Romero, Flores silvestres, eucalipto… y muchas más.

 

¿Te animas a hacer tu propia cata?

 

 

¿Sabes qué todas las mieles son ácidas?

 

Así por ejemplo en las mieles más cítricas, puede haber una tendencia más ácida, son mieles muy influenciadas por plantas como el azahar, en zonas con limoneros y naranjos, incluso de romero. Las mieles que tienden al sabor un poco más amargo seguramente tengan influencia del almendro, del brezo. Una de las miles más amargas es el madroño por ejemplo.

 

También hay mieles que destacan en su sabor un componente más salado, son mieles en las que influyen mielatos de roble o encina, incluso de aguacate.

 



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